¿Qué es la política? (V): las revoluciones del siglo XVIII (II)

Después del breve examen del devenir de la revolución americana, pasamos en este post a examinar la revolución francesa.

Portrait of Louis XVI

Retrato de Luis XVI (Photo credit: Wikipedia)

La situación económica francesa anterior a 1789 sólo puede definirse como penosa y miserable. La presión fiscal era agobiante sobre el Tercer Estado y las malas cosechas de los años anteriores agravaron dicha situación. El hecho de ganar a Inglaterra en la guerra de Independencia americana todavía agravó más la situación en la que se encontraba la Hacienda Pública francesa, lo que determinó el aumento de los impuestos.

A ello se unió la inacción del rey Luis XVI, que no vio lo que se avecinaba e insistió en continuar sin realizar las reformas necesarias. Por supuesto, la propaganda revolucionaria aprovechó también las locuras de su mujer, María Antonieta, hija de la emperatriz de Austria María Teresa. Se cuenta que como no había nevado, hizo espolvorear sal por todos los jardines alrededor de Versalles, para que quedasen más bonitos. En un momento en el que la gente literalmente se moría de hambre, no era desde luego una decisión inteligente, ética y moral aparte.

Además, ya desde principios de siglo la burguesía ilustrada había sido muy activa en la propagación de nuevas ideas, favorecidas por Madame de Pompadour, fiel defensora de la Enciclopedia y de Voltaire.

Graeme Garrard traces the origin of the Counte...

Retrato de Rousseau. (Photo credit: Wikipedia)

Sin embargo, y además de Montesquieu, hubo otros pensadores que influyeron en la revolución, el más importante de los cuales fue Jean Jacques Rousseau. Su teoría del buen salvaje, desarrollada sobre todo en Emilio o De la Educación, puede ser considerada como bastante errónea, en el sentido de que no sólo la sociedad nos influye, porque cada uno toma sus decisiones basándose en distintos parámetros. Si no, dado un problema todos lo resolveríamos del mismo modo, algo que choca con la realidad.

Sin embargo, dicha teoría, junto con El Contrato Social, libro fundamental en cuanto que señala que existe un contrato entre los gobernantes y los gobernados, que sólo se daría, a juicio del autor, en una república, constituyen una de las más feroces críticas al Antiguo Régimen. No sólo porque desafían la teoría del pecado original, defendida por la Iglesia Católica, sino porque colocan al gobernante en una situación de dependencia respecto de los gobernados que en nada tiene que ver con la situación de preeminencia del Rey absoluto respecto de los súbditos.

Así, las ideas existían, sólo hacía falta el desencadenante. Éste fue la subida de los precios del pan en París, que llegaron a ser prohibitivos. El escenario fueron los Estados Generales de 1789.

Español: Estudio para el Juramento del Juego d...

Español: Estudio para el Juramento del Juego de Pelota (1791), de Jacques-Louis David, Musée National du Château, Versalles. (Photo credit: Wikipedia)

Dichos Estados Generales se reunían, cuando el Rey quería, desde la Edad Media y eran los herederos de las Cortes medievales. En ellos cada estamento tenía un voto, por lo que la alianza entre la nobleza y el clero hacían imposible que las medidas del Tercer Estado prosperasen. No estamos hablando aquí de medidas muy extraordinarias, ni siquiera extremistas. Esas llegarían después. En este momento, lo que se intentaba es que votasen todos reunidos (lo hacían en cámaras separadas), contándose los votos individuales, de forma que el resultado fuera la verdadera voluntad de la Nación.

English: Honoré Mirabeau

Honoré Mirabeau (Photo credit: Wikipedia)

Al final, cuando se reunieron los Estados Generales, los Comunes decidieron constituirse en la Asamblea del pueblo, sin tener en cuenta lo que los nobles y la Iglesia decidieran. El Rey cerró las puertas del lugar donde se reunían y éstos se mudaron a una estancia conocida como Jeu de paumme o Juego de Pelota, por ser donde los nobles realizaban dicho divertimento, donde se juramentaron no disolverse mientras que Francia no tuviera una constitución.

Portrait of Jean-Paul Marat, now at the Carnav...

Retrato de Jean-Paul Marat. (Photo credit: Wikipedia)

El Rey mandó llamar a las tropas. Y el pueblo de París tomó la Bastilla, después de robar armas en Les Invalides, hastiado por el precio altísimo de los bienes agrícolas.

En principio, la Revolución fue moderada, intentándose que el rumbo fuera el de llevar a cabo las reformas que se necesitaban sin que hubiera más violencia. En este momento, las figuras más importantes serán el Conde de Mirabeau y el abate Sieyés, teórico precursor del actual «Estado social y democrático de Derecho» y sobre todo caracterizado por la frase «j’ai vecu» (he sobrevivido). El Rey incluso llega a ceñirse la tricolor, aunque los nobles no ven con tranquilidad los derroteros que toma la revolución y muchos proceden a emigrar a países limítrofes para escapar de la represión e intentar, en lo posible, contener el curso de la Revolución.

David - Emmanuel Joseph Sieyès

David – Emmanuel Joseph Sieyès (Photo credit: Wikipedia)

Así, cuando la Asamblea quiere votar una Ley para castigar a los émigrés y la fuga de capitales que ello traía consigo, sólo Mirabeau consigue frenarla. Pero su muerte hace que la Asamblea consiga aprobarla, exactamente igual que la Constitución, por lo que la Asamblea Constituyente se disuelve el 29 de septiembre de 1791.

English: Jacques Pierre Brissot (1754-1793), j...

Jacques Pierre Brissot (1754-1793), (Photo credit: Wikipedia)

El 1 de octubre de 1791 se reúne la Asamblea Legislativa, en la que destacan dos partidos, los jacobinos, liderados por Robespierre, puritano en el peor sentido de la palabra, y los girondinos, representantes de la alta burguesía, cuyo líder, Brissot, quería «polarizar la situación» y cuyos máximos representantes terminarían en la guillotina, cuando realmente se polarizó. Más a la izquierda de Robespierre, se sentaban en la Asamblea los partidarios de Marat, representantes del pueblo llano parisino.

Portrait of Maximilien de Robespierre, oil on ...

Retrato de Maximiliano Robespierre (Photo credit: Wikipedia)

El rey, viendo ahora sí, la que se avecinaba, intenta huir, pero es apresado en Varennes y, junto con toda la familia real, es obligado a volver a París, donde permanece arrestado. A partir de este momento, lo que se comienza a debatir es su destino, de modo que cuando parece haberse descubierto una terrible conspiración urdida por el rey, los representantes en la Asamblea se dividen entre los que quieren su condena a muerte (jacobinos, Robespierre llega a decir que «el rey debe morir para que la revolución viva«) y los que simplemente quieren que se le despoje de sus títulos y se proclame la república (girondinos). El resto de la Asamblea votará según lo que a cada uno le convenga en ese momento. El resultado es sabido: Luis XVI y su mujer María Antonieta son decapitados y su hijo, el Gran Delfín, «confiado» a una pareja de carceleros que le hacían insultarlos continuamente. Su destino fue incierto hasta que se ha sabido hace poco que murió de tuberculosis seguramente, después de haber vivido de forma inhumana, en una habitación en la que se le tapiaron las ventanas y en la que sólo había un agujero por el que se le pasaba la comida. La Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano no se aplicaba en todos los casos, como puede verse.

Français : Danton, Marat, Robespierre, huile s...

Danton, Marat, Robespierre, óleo sobre lienzo, anónimo, escuela francesa del siglo XVIII. (Photo credit: Wikipedia)

Comienza así el llamado Gran Terror, que segará vidas de todas las clases sociales, porque simplemente era necesario ser considerado «reaccionario«.  En septiembre de 1792, fueron condenados a muerte 2000 personas, sometidas a juicios sumarísimos por el populacho, incluidas monjas, que estaban en las cárceles, sólo porque la elección que seguramente no habían hecho ni ellas de tomar los hábitos, les volvían contrarrevolucionarias. Los sans-culottes, sin embargo, no estaban contentos: reclamaban más terror. Sólo el mes anterior a su final hubo 1.300 ejecuciones.

Los derechos de los acusados no estuvieron suficientemente garantizados y ello porque según Robespierre, el más influyente en el Comité de Salvación Pública (interesante nombre, que simplemente demuestra que también los jacobinos se consideraban salvadores de hombres), «El terror no es más que la justicia rápida, severa, e inflexible«. Si se equivocaba, no había vuelta atrás, además de que los prejuicios contra los acusados eran evidentes por parte de los jueces. Por supuesto, esto no quiere decir que la justicia pre-revolucionaria fuera ideal, pero al menos, no decía que era ejercida en nombre de la Libertad, la Fraternidad y la Igualdad, como sí lo hacía la justicia revolucionaria.

The arrest of Robespierre.

Arresto de Robespierre. (Photo credit: Wikipedia)

Al final, la propia política de dicho Comité, su extremismo y el clima generalizado de sospechas de reaccionarios que se dirigían sus propios miembros, causó la caída de Robespierre y los que le eran más afectos. Su condena a la guillotina y su último paseo, mientras el populacho le tiraba lo primero que tenía a mano, constituye el más interesante ejemplo de lo que realmente supone una revolución: nadie está seguro y los experimentos, mejor con gaseosa.

Es interesante examinar las medidas tomadas por el Gobierno del Terror para observar que no han cambiado mucho las cosas desde entonces.

Napoleon Crossing the Alps

Napoleon cruzando los Alpes (Photo credit: Wikipedia)

Pero la revolución no había terminado: el joven general Napoleón, que regresaba victorioso de la campaña de Italia, fue «convencido» por el abate Sieyés para que diera un golpe de Estado el 18 Brumario. El abate, con mucha experiencia política, consideraba que el joven general, corso de nacimiento y de temperamento apasionado y ambicioso, iba a ser alguien fácil de manejar. Pero nada más lejos de la realidad: Napoleón iba a dar otro golpe de Estado dentro del golpe, comenzando la carrera que le llevaría a coronarse a sí mismo emperador, en la presencia del Papa, reducido a mero espectador. De modo que, en otro giro del destino, lo que comenzó siendo una revolución para derrocar a un rey, terminó viendo cómo se coronaba a un emperador. Además, aunque es cierto que muchas circunstancias habían cambiado (sobre todo, en relación al reparto de tierras), muchos emigrados volverían después, después de la restauración de los Borbones, tras la caída de Bonaparte, y el Imperio reconocería también los servicios prestados mediante nuevos títulos.

Napoleon's tomb at Les Invalides

La tumba de Napoleón en Los Inválidos (Photo credit: Wikipedia)

Por supuesto, el Imperio no tuvo nada de democrático ni existía participación ciudadana en la toma de decisiones. Según parece, Napoleón decía que cuando se quisiera solucionar un problema, tomara la decisión uno mismo; cuando no quisiera que se solucionase, se debía nombrar una comisión. Si se suponía que los integrantes de la comisión eran personas instruidas y Napoleón pensaba tan poco favorablemente de ellos, no es difícil imaginar la opinión que (realmente) tenía de los sans-culottes.

Sin embargo, sí es necesario reconocerle la importancia que, para la difusión de los principios revolucionarios tuvo, debido principalmente a la expansión militar. Ello no hizo que la guerra fuera menos cruenta, como pintó Goya en sus Desastres de la Guerra.

Otro legado de Napoleón fue su obra legislativa, atribuible a él, porque la supervisó personalmente. De entre toda ella, es de destacar el Código Civil francés de 1804, de notable influencia en toda Europa y América.

Portrait of Charles-Maurice de Talleyrand-Péri...

Portrait of Charles-Maurice de Talleyrand-Périgord in dress of great chamberlain (Photo credit: Wikipedia)

Por último, no puedo terminar este post sin hacer referencia alguna a un hombre que siempre me ha parecido notabilísimo, tanto por su origen (era noble) como por su habilidad (fue ministro en prácticamente todos los gobiernos desde Luis XVI hasta la restauración borbónica). Me estoy refiriendo al diplomático francés Talleyrand. No sólo fue un hábil negociador para cada uno de los gobiernos a los que sirvió, sino que sobrevivió a la Revolución, Terror incluido, y a Napoleón. Hombre culto, refinado y mujeriego, a pesar de haber sido nombrado obispo, se casó con Germaine de Staël sólo cuando Napoleón le amenazó con poner fin a su carrera. Negoció la paz con Inglaterra para poner fin a la guerra durante la Revolución y con el zar de Rusia para que los logros de la revolución perdurasen, en contra de los deseos de Napoleón que quería continuar la guerra. De ahí que unos lo consideren un diplomático y político hábil (algo que desde luego fue) y otros simplemente un traidor a todos los gobiernos que sirvió (lo que también es cierto).

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